En estos últimos meses un tema recurrente que traen las personas para trabajar en el consultorio tiene que ver con los LÍMITES.
Límites (y abusos) en el ámbito laboral/profesional, en la casa, en sus vínculos,en la relación de pareja, con amigxs, con sus hijxs, niñxs y adolescentes, en el ámbito escolar…realmente es un tema que nos convoca a pensar y pensarnos. Porque lxs adultxs somos lxs más desorientadxs.
¿En qué momento el límite se transformó en mala palabra?
Es cierto que venimos de una historia con límites autoritarios y sistemas represivos. Pero nos fuimos al otro extremo del péndulo( el vale todo en nuestro delirio de omnipotencia).
El límite (cuando es saludable)
NO es violencia
NO es falta de respeto
NO implica no respetar el derecho del otrx
NO significa gritar, ni maltratar, ni manipular.
El límite
SÍ es necesario (para todxs)
SÍ ordena
SÍ estructura
SÍ contiene
Es un tema muy complejo y nos implica de todo menos estar relajadx. Nos exige criterio, firmeza (no rigidez, pero sí consistencia), nos demanda capacidad de negociar y flexibilizar pero sin desdibujarnos, nos implica involucrarnos, “meterle el cuerpo”, nos humaniza.
Recuerda que si tienes dificultades en la puesta de límites no es tu hijx quien tiene que entenderte. Somos lxs adultxs quienes tenemos la responsabilidad de ordenar…Si el tema te desborda lo mejor es consultar, pedir ayuda, podemos acompañarte.
Y recuerda que poniendo límites a tu hijx NO le estás quitando LIBERTAD Le estás AYUDANDO a aprender a usarla.